viernes, 18 de mayo de 2007

Los Chakras

Los Chakras




Chakra es una palabra sánscrita que significa rueda o disco». Los chakras son centros dinámicos de energía de luz dentro de nosotros que suministran a los cuatro cuerpos inferiores la energía sutil que éstos necesitan para realizar sus tareas diarias.

Debido a que los chakras se encuentran en el cuerpo etérico (o espiritual), únicamente las personas dotadas de visión espiritual pueden verlos. Los yoguis y sabios de la India que estudiaban mediante la clarividencia los centros espirituales del cuerpo los llamaron chakras, o ruedas, porque los patrones de luz que veían irradiando desde un núcleo central les recordaban a los radios de una rueda al dar vueltas.

Otros, al observar esas mismas emanaciones de luz, pensaron que los chakras guardaban un cierto parecido con las flores de loto cuando están totalmente abiertas. De modo que dichos videntes se referían a los chakras como, padmas, es decir, lotos, y a las emanaciones de luz desde el núcleo de los chakras, como pétalos.

Las fuentes hindúes suelen considerar siete u ocho chakras principales. En la antigua tradición de la India se consideraba a los chakras depósitos y puntos de distribución del prana, que es la fuerza vital que fluye a través del cuerpo por una red de miles de canales filiformes de energía denominados nadis. La acupuntura y otras técnicas de curación antiguas y de nueva era se basan en el flujo de energía a través de esos canales o meridianos.

Los Maestros Ascendidos explican que el cuerpo tiene un total de 144 chakras de distintos tamaños y funciones, que se hallan situados en el cuerpo etérico y regulan el flujo de energía dirigiéndolo a los cuerpos mental, emocional, y físico.

A siete de ellos situados a lo largo de la columna vertebral y en la cabeza, se los considera los chakras mayores. Cada uno de ellos vibra a una velocidad o frecuencia diferente, lo cual se manifiesta mediante siete colores distintos, que se relacionan con lo que se conoce como siete rayos de luz espiritual.

Una bella imagen de ti: siete rayos y siete chakras.



*Los siete rayos espirituales emanan de la luz pura y blanca de la conciencia divina.
Cuando esta luz blanca pasa por la conciencia del Cristo Universal, se divide en siete rayos espirituales de forma muy parecida a la luz solar cuando atraviesa un prisma formando siete colores del espectro de luz visible.

*Cada uno de estos siete rayos espirituales encarna cualidades únicas de la conciencia crística, simbolizadas por un color. Pese a que cada rayo tiene muchos matices de color y significado, sus características principales pueden resumirse en una o dos palabras. En la tabla que figura a continuación se muestran los colores y cualidades básicas de los siete rayos.

RAYO COLOR CUALIDAD
Primer rayo Azul Poder
Segundo rayo Amarilla Sabiduría
Tercer rayo Rosa Amor
Cuarto rayo Blanco Pureza
Quinto rayo Verde Integridad
Sexto rayo Morado y oro Servicio
Séptimo rayo Violeta Libertad


Ahora bien, ¿qué relación tienen estos siete rayos con nosotros como seres espirituales y materiales que somos?

Gráfica de tu Yo Divino






Hemos visto en la figura superior de la gráfica de tu Yo Divino, el Cuerpo Causal que se compone de siete esferas de energía de colores .Estas esferas de luz que rodean a la Presencia Yo soy contienen la luz de los siete rayos.

Muestran cuánta conciencia divina hemos adquirido en cada rayo, y determinan cuánta energía espiritual tenemos disponible en cada uno para nuestro uso diario.

Así como las esferas del Cuerpo Causal almacenan y emiten esos rayos de luz espiritual, los siete chakras principales contienen y distribuyen la energía de los siete rayos a los cuatro cuerpos inferiores. Lo ideal es que, a medida que trabajamos con los diferentes chakras y con la luz que fluye a través de ellos, vayamos interiorizando las cualidades y virtudes de esas bellas emanaciones del Espíritu universal. El tamaño y brillo de nuestros chakras aumenta al absorber esos rayos y convertir sus cualidades en parte integral de nuestra vida.



Cuerpo Causal



Forma y frecuencia de los chakras


Además de distinguirse por el color, cada chakra tiene una forma única que depende del número de emanaciones de luz o «pétalos».

La cantidad de pétalos varía en función de la velocidad vibratoria del chakra en cuestión. La velocidad vibratoria más baja corresponde al chakra de la raíz que se encuentra en la base de la columna, el cual tiene cuatro pétalos. La frecuencia y el número de pétalos aumentan progresivamente a medida que se va subiendo desde el chakra de la base al de la coronilla. De modo que éste, situado en la parte superior de la cabeza, posee la frecuencia más elevada y el mayor número de pétalos. Se le conoce tradicionalmente como el loto de mil pétalos, que es una aproximación a la asombrosa cifra de 972 de que dispone.

Con frecuencia, en el arte religioso occidental se representa este chakra mediante una aureola.

El cuadro que hallarás a continuación te proporcionará una visión esquemática de los siete chakras principales desde la parte superior de la cabeza hasta la base de la columna, junto con sus características:

la forma, el nombre sánscrito original, la ubicación aproximada en el cuerpo, el color, el número de pétalos, el rayo espiritual con el que está relacionado y las cualidades predominantes.

Los colores que aparecen en el cuadro corresponden a las emanaciones más puras y etéricas de los chakras, según se ve en los niveles espirituales más profundos. Otras escuelas esotéricas siguen una relación distinta de colores. La diferencia estriba en que los clarividentes que han visto los chakras y clasificado los colores quizá no hayan llegado a vislumbrar esa manifestación pura.

Los chakras se encuentran en distintas fases de desarrollo en los individuos, de manera que en la mayoría de ellos se hallan sujetos a impurezas de varios tipos, cuestión que abordaremos más adelante. De ello resulta que dichos chakras variarán en color, tamaño y brillo.

Cuando están poco desarrollados [los chakras], se les distingue como pequeños círculos de unos cinco centímetros de diámetro, con un brillo apagado en el hombre común. Pero cuando se los despierta y vivifica, aparecen como ardientes y brillantes remolinos (emitiendo luz), con un tamaño mucho mayor, y semejantes a diminutos soles."



C.W. LEADBEATER 2

2 C.W. Leadbeater: The chakras, rev. Ed. Wheaton, Ill.:
The Theosophical Publishing House, 1994; Pág 4.

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